lunes, 4 de abril de 2011

Alessandro Baricco: Océano mar


"Podía suceder cualquier cosa en aquel instante. La verdad es que hay momentos en los que la omnipresente y lógica red de secuencias causales se rinde, cogida por sorpresa por la vida, y baja al patio de butacas, mezclándose con el público, para dejar que en el escenario, bajo las luces de una libertad vertiginosa y repentina, una mano invisible pesque en el infinito regazo de lo posible y, entre millones de cosas, sólo permita que ocurra una..."

Este fragmento de Océano mar de Alessandro Baricco, creo que explica perfectamente como llegué a él y resume, lo que va a continuación:

Hay algo extraño en la elección de un libro, es decir, en algunas elecciones. Normalmente nos metemos con aquello que nos recomiendan o con títulos conocidos que tarde o temprano caen en nuestras manos. Otras veces tropezamos con un escritor ruso o japonés y nos gusta tanto que no queremos más que saber de la literatura de Rusia o de Japón. Pero hay un caso extraordinario, que es el momento de curiosear por las estanterías de una biblioteca o librería, echando un vistazo sin más, sin nada preconcebido en la mente, o sucede que buscando algo concreto nos encontramos por el camino con algo que nos llama la atención. Es curioso, opino, porque una biblioteca o una librería están tan atestadas de libros. No sé qué es lo que nos lleva a, entre cientos de miles de títulos, fijarnos en alguno al azar, cogerlo, leer su contraportada, grabar el título en la mente, o el dibujo de la cubierta, o el autor o todo a la vez. A veces ese libro se devuelve a la estantería porque no era el objetivo, porque no te parece el momento pero queda en la cabeza y lo apuntas en esa lista (si tienes una) que hay en tu agenda (si tienes agenda) para leerlo en el futuro, y así matas dos pájaros de un tiro, recopilas futuras curiosidades que resolver, y de paso apuntas algo en esa agenda en la que, si te ocurre como a mí, nunca sabes que apuntar y que acaba al final llena (debería decir semivacía) de citas (algunas tópicas y ultra conocidas) y nombres de cosas, generalmente títulos de libros, películas o libros.


"Uno tiene sus sueños, cosas suyas, íntimas, y después la vida no quiere seguir jugando contigo, y te lo desmonta, un instante, una frase, y todo se desvanece. Suele ocurrir. Por esta razón y no por otra vivir es una tarea dolorosa".

Otras veces en cambio, mientras vas dispuesto a convertirte en esa parte de la humanidad que sí puede afirmar que se ha leído la magna obra de Cervantes, o que está dispuesto a enfrentarse “¡¡De hoy no pasa!!” a Guerra y Paz, o alguna de esas “inexcusables” novelas que hay que leer una vez en la vida…pues como digo, aparece un desconocido, tus ojos lo miran, lo coges de la estantería, y cuando te das cuenta lo estás llevando a casa bajo el brazo sin saber cómo, cuando ni porqué…y lo que es más ¿Por qué ese y no otro de los quinientos mil que había a su alrededor?.

"El desconcertante descubrimiento de lo silencioso que es el destino cuando de repente estalla".

Y es así, con este rollo, que dicho de paso se me acaba de ocurrir ahora y no creo ni mucho menos que lo reflexionara en ningún momento anterior a escribir esto, con el que me pregunto si me decidí por Océano Mar de Alessandro Baricco y no por otro cualquiera, inducido por su título ¿Qué me hizo escoger ese barco (suponiendo que un libro pueda ser el símil de un barco) de entre todo ese Océano, de entre todos esos mares?...tal vez el color verde de la edición de Anagrama, tal vez el título, el autor, o sólo porque sí…o tal vez porque como tantas veces hacemos, le di la vuelta y leí su contraportada y esta enigmática me hizo pensar eso de “Parece interesante” y sin más me lo llevé…y acerté de pleno, una joya, un experimento, un libro que huele a salitre y suena como las gaviotas que revolotean cerca de tu ventana…decía así:

Hace muchos años, en medio de algún océano, una fragata de la marina francesa naufragó. 147 hombres intentaron salvarse subiendo a una enorme balsa y confiándose al mar. Un horror que duró días y días. Un formidable escenario en el que se mostraron la peor de las crueldades y la más dulce de las piedades. Hace muchos años, a orillas de algún océano, llegó un hombre. Lo había llevado hasta allí una promesa. La posada donde se paró se llamaba Almayer. Siete habitaciones. Extraños niños, un pintor, una mujer bellísima, un profesor con un extraño nombre, un hombre misterioso, una muchacha que no quería morir, un cura cómico. Todos estaban allí buscando algo, en equilibrio sobre el océano. Hace muchos años, estos y otros destinos encontraron el mar y volvieron marcados. Este libro explica el porqué, y escuchándoles se oye la voz del mar. Se puede leer como una historia de suspense, como un poema en prosa, un conte philosophique, una novela de aventuras. En cualquier caso, domina la alegría furiosa de contar historias a través de una escritura y una técnica narrativa sin modelos ni antecedentes ni maestros. El tono de "Océano mar" no tiene comparación posible en la narrativa italiana, por la ascensión fantástica que no conoce pausas, por la gama emotiva que proyecta. En efecto, se pasa de la ironía más descarada a la melancolía más profunda, de la comicidad más sanguinolenta al pathos más comprometedor y menos patético. Esta novela, en la que proliferan ecos y alusiones Conrad y Melville, Joyce y Beckett, Valery Larbaud y Perec, el Schumann de las variaciones y La balsa de la Medusa de Géricault es la indiscutible confirmación de un talento original, capaz de insólitas sabidurías literarias y de inéditos abandonos. Mientras que Seda estaba construida siguiendo un único registro estilístico, en "Océano mar" se utilizan una gran variedad de técnicas: «a cada historia debe corresponder una música particular», en palabras del narrador y musicólogo Baricco.

-"A veces me pregunto qué es lo que estamos esperando desde hace tanto tiempo.
Silencio.
-Que sea demasiado tarde, madame".

4 comentarios:

  1. Ciao caro Rubén,

    Me estreno en tu blog porque he visto la entrada de Baricco y me he animado a escribirte, a estrenarme en tu blog. En mis años de estudiante de italiano recuerdo varios libros suyos -en italiano, claro-, tengo "Novecento", "Seta" y "Oceano mare" del que hablas, que lo compré -he ido a mirarlo- en Prato en abril de 2005... la primera vez que iba a Italia, para un congreso... qué recuerdos...

    He leído los dos primeros, y del que hablas tu no, curioso ¿eh? cuando además yo que estoy tan directa e indirectamente vinculada a los mares... y como dices... ¿por qué lo compré? no lo sé... muchos libros nos llaman, es cierto, sea la portada, el título... no sé, pueden ser tantas cosas...

    Felicidades por tu blog, me estreno aquí tarde, sí, lo sé... y por el fondo pictórico elegido, me encanta. Desconozco el autor y me hace dudar, fallaría en el examen... pero me recuerda el detalle a los flamencos, mis favoritos ;-)

    Ah, y al fondo le pega un tema, ya sabes: http://www.youtube.com/watch?v=mkm7wSYHp8M

    (Esto es más acorde con el fondo, que con la entrada de hoy, pero me perdonas :-)

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  2. Pues sé que tiene bastantes más libros, incluido uno sobre la Íliada que tiene buena pinta, pero justo los que citas son los que tengo yo. Cortitos y bueno...me gustaron. Este el que más.

    De hecho me parecería mal si no inauguraras tu aparición aquí con Héroes jejeje...que como podrás ver, fue hasta ahora el único grupo del que puse un disco aquí.

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  3. Sobre el fondo, es una pintura de Pieter Brueghel, que descubrí en un libro de Elias Canetti, un escritor Búlgaro que descubrí hace ya unos años y del que casi todas las portadas son de este mismo pintor, del siglo XVI, efectivamente flamenco (creo que en El Prado hay algunos cuadros suyos).

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  4. Compuse unas canciones, a propósito de Océano Mar. Disponibles aquí:
    http://tomaspinel.wordpress.com/2014/04/25/elisewin-a-proposito-de-oceano-mar/

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