lunes, 21 de marzo de 2011

Alejandro Casona: Prohibido suicidarse en primavera

 Prohibido suicidarse en primavera  de Alejandro Casona, es probablemente la obra de teatro que mejor define el estilo de Casona y una de mis favoritas también, aunque la mayoría del asturiano son una maravilla. Se gestó en el exilio (durante la Guerra Civil) en México en 1937. Trata un tema peliagudo y común en el ser humano y define el término de la tragicomedia propia del teatro a la perfección, la atracción/aversión que resulta del deseo de dejar de vivir: el suicidio. Es esta obra un canto primaveral, por eso la escojo para inaugurar la estación, es en simples palabras, un soplo de aire en la cara, de recuperar las ganas de vivir, cuando al torcer la esquina menos esperada, surge un inconsciente destello de esperanza y prometedor futuro.

“En el Hogar del suicida, sanatorio de almas del doctor Ariel. Vestíbulo como de hotel de montaña, recordando esos paradores de turismo construidos sobre ruinas de antiguos monasterios y artísticamente remozado por un gusto nuevo. Todo es aquí extraño, sugeridor y confortable: el mobiliario, la plástica, el trazado de las arquerías, la disposición indirecta de las luces acristaladas. En las paredes, bien visibles, óleos de suicidas famosos, reproduciendo las escenas de su muerte: Sócrates, Cleopatra, Séneca, Larra. Sobre un arco, tallado en piedra, los versos de Santa Teresa: “Ven, Muerte, tan escondida-que no te sienta venir-porque el placer de morir-no me vuelva a dar la vida.
Amplia verja al fondo, sobre un claro jardín de sauces y rosales. El jardín tiene un lago, visible en parte, un fondo lejano de cielo azul y montañas jóvenes nevadas. En ángulo, a la derecha, arranca una galería oscura, en arco, con pesada puerta de herrajes, practicable: sobre el dintel, una inscripción que dice: “Galería del Silencio”. En frente, otra semejante, pero clara y sin puertas: “Jardín de la Meditación”.

Es así, como en la clínica del doctor Roda,  El Hogar del Suicida, van llegando personajes angustiados cuyo única meta es acabar con su vida. Pero algo sucede que ese ánimo se altera y en medio de los jardines del peculiar albergue, los pacientes se convierten en frustrados suicidas y recuperan las ganas de continuar adelante.

Este es el libro que recomiendo a todos para inaugurar la nueva estación…si bien este dramaturgo nacido en Cangas de Narcea, retó a llenarla con ganas de vivir…fue otro paisano suyo, también asturiano, pero de Oviedo concretamente, quien en una reciente antología (que no recuerdo si anterior o posterior a su muerte)…es decir Ángel González…lo refrendó al titularla La primavera avanza

…y os deseo a todos que lo haga como siempre...amenazando con un arsenal de flores.

Doctor (leyendo) .- “Sin nombre. Empleado de banca. Veinticinco años. Tiene un libro de poemas inédito.” Ah, un romántico; no creo que sea peligroso. De todos modos, vigílelo sin que él se dé cuenta. Y avise a los violines: que toquen algo de Chopin en el bosque al caer la tarde. Eso le hará bien. ¿Ha vuelto a ver a la señora del pabellón verde?

Hans.- ¿La Dama Triste? Está en el jardín de Werther.

Doctor.- ¿Vigilada?

Hans.- ¿Para qué? La he venido observando estos días; ha visitado todas nuestras instalaciones: el lago de los ahogados, el bosque de suspensiones, la sala de gas perfumado…Todo le parece excelente en principio, pero no acaba de decidirse por nada. Sólo le gusta llorar.

Doctor.- Déjela. El llanto es tan saludable como el sudor, y más poético. Hay que aplicarlo siempre que sea posible como la medicina antigua aplicaba la sangría.

Hans.-Pero es que igual le ocurre al profesor de Filosofía. Ya se ha tirado tres veces al lago, y las tres veces ha vuelto a salir nadando. Perdóneme, doctor, pero creo que ninguno de nuestros huéspedes hasta ahora tiene el propósito serio de morir. Temo que estamos fracasando.

Doctor.- Paciencia, Hans, nada se debe atropellar. La casa del Suicida está basada en un absoluto respeto a sus acogidos, y en el culto filosófico y estético de la muerte. Esperemos.

Hans.- Esperemos. (Señalando con un gesto). La dama triste. (La DAMA TRISTE llega al jardín de la Meditación)




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