martes, 22 de marzo de 2011

Luigi Pirandello: El difunto Matías Pascal

Luigi Pirandello (Sicilia 1867- Roma 1936). Dramaturgo, novelista y escritor de relatos, fue uno de los escritores italianos más influyentes de finales del siglo XIX y principios del XX. Alcanzando su fama mundial en 1921 con el estreno de la que se convirtió en su obra más emblemática, Seis personajes en busca de autor (que ya ha sido citada de paso en este blog) aunque para entonces ya había escrito Así es (si así os parece), El placer de ser honrado, Enrique IV, Esta noche se improvisa, Los gigantes de la montaña, El hombre de la flor en la boca y El hombre, la bestia y la virtud, así como las novelas: La excluida y la que es motivo de esta reseña: El difunto Matías Pascal. Así mismo en 1934 fue galardonado con el Nobel de Literatura «por su reactivación audaz e ingeniosa del arte dramático y escénico».

“Hubo un tiempo en que una de las pocas cosas, quizá la única, que yo supiera de cierto era ésta: que me llamaba Matías Pascal. Y de ello me aprovechaba. Siempre que algún amigo o conocido mío daba muestras de haber perdido el bien de la inteligencia, hasta el punto de venir a pedirme consejo o indicación alguna, me encogía de hombros, entornaba los ojos y respondía:
—Yo me llamo Matías Pascal.

—Gracias, querido amigo; pero ya lo sabía.

— ¿Y te parece poco?”


Publicada en 1904, El difunto Matías Pascal supuso un cambio en la narración costumbrista de la época y centrando el relato fundamentalmente en el estudio psicológico del personaje.

Un día Matías Pascal se va a Montecarlo huyendo de sus circunstancias: una suegra que lo martiriza, un matrimonio de compromiso, deudas crecientes y un trabajo que no le satisface. De repente ocurrirá un extraordinario y fortuito suceso que le dará la oportunidad de liberarse, de emprender una nueva vida fuera de la sociedad, sin ataduras morales, familiares, legales, cambiando incluso su fortuna.

Convertido en un viajero mundano, acaba por darse cuenta de que su inexistencia a efectos administrativos acaba por convertirlo en un fantasma. Los envites del destino ¿Provocado o azaroso? Zarandean la vida de Matías Pascal, marcan los límites de su libertad y le hacen tomar conciencia de ella (o de su ausencia), de la vida que uno lleva dentro de la sociedad y de la posibilidad/imposibilidad de vivir fuera de ella.
Se nos muestra tanto una hilarante farsa como una reflexión sobre la soledad de un hombre que se quita todas las máscaras para ser verdaderamente él, pero a su vez con ello se despoja de su identidad, de su pasado…comienza desde cero.

En definitiva una tragicomedia, que se inclina más por el humor y la ironía en unos momentos y por el verdadero drama en otros. También y a su vez la narración y los sucesos que van desencadenando la historia (y que no debo desvelar) mantienen una tensión y un tono que le dan por momentos un toque casi detectivesco.



En el cementerio de Miragno, sobre el sepulcro de aquel pobre desconocido que se ahogó en La Cabaña, puede leerse todavía la lápida redactada por Alondrilla:
victima de adversos hados,
Matías Pascal,
bibliotecario,
corazón generoso, alma franca,
aquí, voluntariamente,
reposa
la piedad de sus paisanos
coloco aquí esta lápida
Yo he puesto allí la corona de flores prometida, y de cuando en cuando, voy allá, a verme muerto y enterrado. Algún curioso me sigue de lejos; y luego, a la vuelta, se me acerca, sonríe, y considerando mi condición actual, me pregunta:
—Pero, ¡hombre!, ¿se puede saber, en resumidas cuentas, quién es usted?
Yo me encojo de hombros, entorno los ojos, y contesto:
— ¡Hombre! ¿Quién quiere usted que sea?... ¡Pues el difunto Matías Pascal!”

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